San Feliz, ese lugar donde salir de la rutina, donde desconectar, donde respirar aire puro. Todo, en plena naturaleza, entre lo verde, pero muy accesible al centro urbano, solamente si nos cansamos de tanta relajación.
Toda mi vida he coincidido con personas con segundas casas en pueblos, donde pasaban los fines de semanas para huir de la multitud. Yo tengo la suerte de vivir siempre en mi “segunda casa” y no tener que huir de nada.
Por eso, con la gente que nos viene a visitar, intentamos que sientan exactamente eso, estar en casa.